El número 43 se ha convertido en un poderoso y conmovedor signo connotativo asociado al movimiento Ayotzinapa, que respondió a la desaparición de 43 estudiantes en 2014 de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Iguala (México) y surgió. Estos estudiantes están comprometidos a luchar por la educación y la justicia social. Su desaparición provocó una ola de ira y protesta tanto en el país como en el extranjero.
El número 43 representa a los jóvenes cuyas vidas fueron truncadas, pero también simboliza la lucha continua por la verdad y la justicia. Una historia de violencia y complicidad. La historia detrás del número 43 comenzó la noche del 26 de septiembre de 2014, cuando los estudiantes fueron atacados por la policía local. El ataque fue planeado por el entonces alcalde de Iguala, José Luis Abarca Velázquez, y su esposa María de los Ángeles Pineda Villa. Los estudiantes fueron detenidos y entregados a integrantes del grupo criminal Guerreros Unidos, quienes los asesinaron y quemaron sus cuerpos. Hasta el momento sólo se han identificado los restos de tres de ellos.
El caso Ayotzinapa es un ejemplo de la violencia y la colusión típicas de México. El gobierno federal ha sido acusado de encubrir a los responsables de las desapariciones de los estudiantes, lo que ha generado una profunda desconfianza hacia las autoridades. El movimiento Ayotzinapa sigue luchando por la verdad y la justicia. Familiares de los estudiantes desaparecidos, organizaciones de la sociedad civil y estudiantes de todo el país se han organizado para exigir un castigo severo para los culpables. Para todos aquellos que luchan por un México más justo y equitativo, el número 43 se ha convertido en un signo connotativo de resistencia y esperanza.
Nos recuerda que nunca debemos sucumbir a la impunidad y que la lucha por los derechos humanos es tarea de todos y un patrimonio internacional. El caso Ayotzinapa tuvo ramificaciones internacionales. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) lo ha declarado un crimen de lesa humanidad. También ha aparecido en estudios y documentales de grupos de derechos humanos de todo el mundo. El número 43 es un signo con connotaciones que trascienden las fronteras nacionales. Nos recuerda que luchar por la justicia es un deber universal. Es un recordatorio de que la violencia y la impunidad no pueden prevalecer.