Aunque suene sorprendente el baile se podría considerar como un lenguaje universal, ya que este existe en todas las culturas. La expresión de las emociones nos vincula uno con los otros, jugando un papel importante en las relaciones sociales, haciendo esto uno de los beneficios del baile.
Desde un punto de vista neurológico, bailar implica una percepción auditiva y visual, equilibrio, coordinación motriz y por supuesto memoria, ya que para este ejercicio es necesario recordar secuencias de movimientos, coordinación entre tiempo que marca el ritmo de la música y así ejecutarse de forma exacta. Además si bailas en pareja o en grupo, es necesario una buena comunicación.
Teniendo en cuenta lo anterior. La música y los movimientos hacen que sea un poco más fácil expresar tus emociones de una manera natural, saludable y espontánea, ayudando a canalizar estados de ánimo y emociones negativas, esto es porque el baile es una distracción placentera, haciendo que la disfrutes y sonrías mientras te mueves, a la vez, te ayuda a alejarte de los problemas y preocupaciones del día a día por un momento, aumentando tu motivación. Por otro lado, el baile como actividad social, te permite mejorar las relaciones interpersonales y la oportunidad de conocer a otras personas que son afines a ti.
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