Muy lindo para ser real: Análisis 99 Francs

Una crítica hecha película, eso es 99 Francos. La publicidad puede ser tan efectiva como despiadada sin un "adulto responsable" que la supervise, pero si en este caso ese adulto es ¿más irresponsable de lo que debería?, dirigida por Jan Kounen y basada en la novela de Frédéric Beigbeder. 

La película retrata un mundo de excesos, manipulación y vacío existencial disfrazado de glamour protagonizado por Octave, un creativo desencantado. En esta sátira mordaz del consumo y la creación de deseos, cada escena parece gritar una verdad incómoda, oculta bajo la superficie brillante de los comerciales y los slogans.

Este blog se adentra en cinco escenas representativas de la cinta, desglosando su contenido denotativo —lo que literalmente vemos— y connotativo —los significados ocultos, simbólicos o emocionales que transmiten—. A través de este análisis, se revela cómo 99 Francos no solo critica la industria publicitaria, sino también los valores de una sociedad obsesionada con vender y comprar identidades.

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Dentro de las múltiples escenas que rodean esta película nos adentraremos en 5, que es lo que vemos y cuál es su verdadero significado.

El primer impacto publicitario de Octave

Dentro de esta escena Octave nos explica que cuando iba a cine él disfrutaba mucho más los anuncios que la película misma, luego de que nos cuenta esto, hace una reflexión sobre el trabajo de los creativos, en este caso que no solo el dinero lo movía para hacer este tipo de trabajos, ya que realmente no es que fuera muy bien remunerado. Mientras esto pasaba en la pantalla se proyectaba el comercial icónico de Apple que hace una introducción acerca del nuevo computador, pero este comercial no se muestra en vano, pues el comercial muestra personas siguiéndose entre ellas, vestidas de gris como representación del aburrimiento y al tiempo se podría tomar como una crítica social bastante directa mientras Octave daba su discurso.

La última cena

Mientras Octave presentaba su idea para un comercial de yogur tuvo un mal viaje a causa de las drogas que consumía y se fue con sus pensamientos en ellos alardeaba de lo buen publicista que era y cómo su idea iba a impresionar a su jefe, antes de volver a su realidad tuvo una visión como si estuviera presente en la última cena, allí él se representaba como Jesús y sus compañeros eran los discípulos, esto alineado a lo que pensaba el de sí mismo. Aquí el jefe lo llama y se despierta al ver que su idea no fue aprobada.

Inmersión en un comercial

Dentro de uno de sus muchos viajes por drogas Octave persigue al amor de su vida, luego de fijarse que no era ella y seguir avanzando por su sueño se encuentra en un comercial de barras de chocolate, allí aparecen los actores quienes lo único que saben decir es el diálogo que deben actuar frente a las cámaras, Octave intenta hablar con ellos y hacerlos reaccionar, pero es imposible para ellos todo es real, pero no, estaban rodeados de cámaras, un set con casas falsas,etc. Esto haciendo alusión a que muchas veces las cosas que nos muestran en la publicidad no son reales como podríamos llegar a pensarlo.

Octave se revela

Cuándo el jefe pensaba que todo estaba bajo control en la presentación del comercial final ocurre algo inesperado para todos, se presenta una crítica tanto al producto como a sus superiores, un comercial lleno de escenas explícitas dónde hablan mal de la empresa es el eje central de este, realmente es una revelación del protagonista hacia un jefe conservador y machista que no deja que sus ideas creativas fluyan, y prefiere mantenerse en lo tradicional.

Consumismo puro 

En dos oportunidades podemos observar escenas explícitas sobre el consumismo en la actualidad, producción masiva de productos, vallas publicitarias en todos los espacios, animales vivos siendo alimentados para reproducción o muertos para consumo, dentro de estas fuertes imágenes podemos observar cómo Octave habla de como impresionar a los clientes siendo sarcástico, el consumo ha sido uno de los principales problemas dentro del mundo moderno, y ligado directamente a la publicidad que nos crea necesidades de comprar cosas que en muchas ocasiones realmente no necesitamos.