Volver al blog

Viajar como local.

 

Rentar la casa de un residente de la ciudad de dónde uno es turista, está cambiando la forma de viajar.

Viajar como local

El acceso, más que la propiedad en el sector inmobiliario

Daniel Zuleta Arango

Hace 10 años, el hecho de alquilar un apartamento a un extraño en vez de reservar una habitación en un hotel hubiera estado considerado como algo completamente loco, y no 
como la manera ideal para pasar las vacaciones. Sin embargo, los tiempos han cambiado y ahora con los avances tecnológicos hay una multitud de servicios en línea que ofrecen diferentes alternativas para alquilar una habitación, un apartamento, 
una oficina y hasta un parqueadero y lo mejor es que es sólo por el tiempo que se necesite realmente, ni un día más ni un día menos, sin necesidad de formalismos y papeleos eternos.

Servicios como HomeAway y Airbnb han empezado a cambiar la manera de viajar. Estas plataformas permiten alquilar una habitación o apartamento a cualquier persona, o incluso con CouchSurfing que se puede pasar una noche (o más) en el sofá de un extraño, sin costo alguno. Pero, ¿por qué se perdió el miedo a quedarse en la casa de un desconocido? Y por otra parte, ¿por qué hay gente que quiere dejar su casa, sus cosas más importantes e íntimas a una persona que nunca había visto en su vida? Tal vez porque esto significa una ganancia de dinero, y con el tiempo, las preferencias de las personas han ido cambiando también. Es aquí donde es importante señalar las ventajas de este tipo de plataformas, por ejemplo, que se puede tener justamente un aporte monetario sin necesidad de realizar mayor actividad diferente a compartir tus cosas. Se 
comparte cultura, conocimientos y por qué no, se puede llegar a enlazar una amistad. Por otro lado, se diría que es complicado abrirle las puertas a un extraño y exponer así, su vida, su familia quizás, y sus cosas personales. Se arriesga un poco para obtener otro poco.

Company Profile: Airbnb, Inc.

El hecho de que hoy en día exista una aplicación exitosa basada en la idea de compartir su casa con alguien que no conoce, es increíble y un poco ridícula. Cuando niños, los papás decían que no se debía confiar en extraños, y mucho menos hablar con desconocidos. Pero los tiempos han cambiado, ha llegado el internet y una buena estrategia detrás de una aplicación le ha dado suficiente confianza a las personas, ya sea para quedarse en la casa de un desconocido, o dejar entrar a alguien que no conoce a su casa. Se ha convertido, en realidad, en un negocio de finca raíz, y sin duda es uno de los negocios más prometedores, precisamente por la facilidad de sus ganancia, dejando a un lado el nivel de riesgo que este implica. Vale agregar, que aplicaciones como Airbnb proporciona un seguro de protección que actúa como cobertura principal para los anfitriones de Airbnb y sus caseros, el programa cubre hasta 1 millón de dólares en concepto de responsabilidad por lesiones personales o por daños en la propiedad que se produzcan durante una estancia en un alojamiento en Airbnb en caso de reclamación. Las personas perdieron el miedo de quedarse en la casa de un extraño porque se utiliza la experiencia que han vivido otros como referencia, las personas a su vez se vuelven críticas y dan su opinión detallada de cómo fue todo en su estadía. Juan David Blanco, quien fue recientemente usuario de Airbnb, cuenta su experiencia con esta plataforma. “Decidimos explorar un poco Airbnb y nos dimos cuenta que era mucho más económico que un hotel normal y que además, no ahorraba dinero de forma indirecta, y era por el acceso a la cocina. Cocinar significaba comprar cosas sencillas para preparar y así 
no tener que pagar por un desayuno o una cena en un hotel, cosa que nos hubiese apretado en el presupuesto.” A la hora de viajar y más si son personas jóvenes en la mayoría de casos siempre tienen limitación de dinero, lo que lleva a las personas a buscar siempre alternativas más económicas, en el caso de Juan David, Airbnb no solo les ahorró dinero, también le permitió conocer a un local de New York y quedarse en su casa. Por otra parte en la entrevista Juan David no contó que el señor era muy amable y a pesar de no hablar muy bien español, lograron entenderse, e incluso lograron tener, en ocasiones, clases de inglés y español para ambas partes. Él les recomendó lugares para visitar y los guio acerca de cómo movilizarse de forma rápida y económica por la ciudad. A pesar de estar con él, en una casa ajena, se sintieron muy bienvenidos, cosa que les permitió entrar en confianza e incluso hacer una noche de karaoke. Cosas como estas serían imposibles en un hotel y es lo que marca el éxito de Airbnb, el hecho de compartir con un local permite conocer mucho más de cerca la cultura de una ciudad a la que se va por primera vez. 

Está muy claro que esta generación, tal cual lo compartía Juan David en su relato, están llevando sus preferencias hacia estos hospedajes. Y es que no tienen pierde, porque todos ganan. Hay riesgos, sí. Y riesgos que podrían implicar el arriesgar las  cosas personales de los implicados, pero es por eso que debe analizarse muy bien a la persona o personas que se hospeda y definitivamente ofrecer un servicio amable, pues así sea que se esté ofreciendo una casa propia, se debe entender como un negocio más. Al final, nos quedan más alternativas que llaman mucho la atención, que proporcionan otro tipo de servicio que no sólo los jóvenes prefieren. Pensarlo es sencillo y no tiene 
mayor esfuerzo: personas del común están generando ingresos y experiencias que son inolvidables. ¿Será este el negocio del futuro?

Más información sobre consumismo (Lujo para rentar) aquí: